Como combustible denso en energía capaz de generar una carga base estable de energía, la energía nuclear tiene un gran potencial para aliviar la pobreza energética en África. Además de ser libres de carbono y relativamente económicas de operar, las centrales nucleares también se pueden utilizar para la desalinización y la generación de vapor, al mismo tiempo que abordan las deficiencias de agua limpia en el continente. Hasta la fecha, Sudáfrica opera la única planta de energía nuclear en África, la central nuclear Koeberg de 1.940 MW, que es propiedad y está operada por la empresa de energía estatal Eskom. Si bien la planta de Koeberg actualmente produce el cinco por ciento de la energía doméstica, el gobierno de Sudáfrica ha expresado su intención de aumentar la capacidad nuclear a 10.000 MW.
Mientras tanto, el continente africano alberga actualmente diez reactores de investigación operativos (Argelia, Ghana, Marruecos, Nigeria, entre otros) y varios países africanos han avanzado con planes para poner en marcha centrales nucleares en la próxima década. En febrero de 2020, Egipto adjudicó un contrato de 25.000 millones de dólares a la corporación energética estatal rusa Rosatom para una planta de energía de 4,8 GW, que sería la primera planta nuclear del país. Tanzania también planea utilizar un subsidio de Rosatom para construir un reactor de investigación y desarrollar energía nuclear comercial para 2025, luego del descubrimiento de depósitos de uranio en 2018. El Ministerio de Energía de Uganda ha firmado acuerdos con inversores chinos y rusos en un intento por construir dos Reactores de 1000 MW para 2031, y se están considerando sitios en Aswa, Kyoga y Kagera.
“Sobre la base del exitoso programa de energía nuclear de Sudáfrica y el programa de energía nuclear egipcio actualmente en desarrollo, África pronto puede convertirse en un centro global para el desarrollo y la innovación de la energía nuclear”, afirmó George Borovas, director de energía nuclear del bufete de abogados global, Hunton Andrews Kurth, exclusivamente a Energy Capital & Power, agregando que, “Con su capacidad demostrada para ayudar a desarrollar beneficios económicos y para toda la sociedad, la energía nuclear puede ser la respuesta a las necesidades en desarrollo de muchos países africanos que enfrentan escasez de energía, falta de acceso fácil agua potable y oportunidades limitadas de empleo altamente calificado y bien remunerado”.
Sin embargo, siguen existiendo barreras a la inversión en la creciente capacidad nuclear de África. En primer lugar, las plantas de energía nuclear requieren costos iniciales significativos acompañados de períodos prolongados de construcción y prueba, lo que puede ser desalentador para proyectos en regiones políticamente inestables. Estas plantas también requieren una fuerte capacidad de mantenimiento local y una gran experiencia técnica para garantizar que funcionen sin problemas y sin accidentes, lo que requiere que los operadores inviertan en capacitación local. En segundo lugar, la falta de un marco regulatorio y financiero claro para el desarrollo de proyectos de energía nuclear en África ha hecho que los inversores desconfíen de los riesgos involucrados, como retrasos en la construcción o demanda de electricidad volátil. Países como Kenia han tratado de remediar esto mediante el desarrollo de un régimen político integral para el establecimiento de una planta de energía nuclear de 1 GW para 2035.
Fuente: World Nuclear News