Shell, la gigante de la industria hidrcarburífera, ha emprendido una serie de reformas internas para convertirse en una empresa con las mejores prácticas de sostenibilidad ambiental. Y así lo ha reafirmado el director ejecutivo de Royal Dutch Shell, Ben van Beurden, quien señaló que el propósito de la corporación es alcanzar la meta de cero emisiones en la producción de petróleo y gas.
“Nos hemos fijado el objetivo de ser una empresa de energía con cero emisiones netas para el 2050. Si queremos llegar allí, si queremos tener éxito como parte integral de una sociedad, hacia emisiones netas cero, ahora es el momento de acelerar. Eso es lo que estamos haciendo”, declaró en una entrevista.
Confesó que, actualmente, el 85% de la huella de carbono de Shell proviene de aquellos clientes que utilizan los productos de la compañía.
“Ahí es donde está el verdadero desafío. Por lo tanto, debemos tener un papel en ayudar a nuestros clientes a descarbonizar: una misión de trabajar con la sociedad para ayudarla a llegar a cero (emisiones). Porque no basta con esperar y ver qué hace la sociedad. No. Para ayudar, tenemos que dar forma a ese viaje”, reflexionó.
Esta noble misión, reconoció el ejecutivo, implicará cambios importantes a nivel comercial y operativo, lo que incluirá a las refinerías, los sitios de productos químicos y las instalaciones de producción en tierra y mar.
“Tendremos algo de petróleo y gas en la combinación de energía que vendemos para 2050, pero será predominantemente electricidad baja en carbono, biocombustibles bajos en carbono, será hidrógeno y también habrá todo tipo de otras soluciones”, visionó.
Respecto a las actividades tradicionales de Shell, Ben van Beurden mencionó que habrá un mayor enfoque en el upstream para garantizar un fuerte flujo de efectivo y un volumen de petróleo y gas al resultado de producción final. Mientras que en el negocio las refinerías, pasarán de 55 a 10 instalaciones para productos químicos y biocombustibles.
Recorte de personal
En este proceso de reestructuración organizativa, admitió que habrá un recorte de varios miles de puestos de trabajo, con el propósito de convertir a Shell en una corporación más simple, más ágil, más competitiva y capaz de responder a las exigencias de los clientes.
“Podemos decir que, debido a las eficiencias que esperamos obtener, reduciremos entre 7.000 y 9.000 puestos de trabajo para finales de 2022. Esto incluye alrededor de 1.500 personas que ya han aceptado la baja voluntaria este año, pero excluye a las que puedan dejar Shell debido a las desinversiones”, explayó Ben van Beurden.
A su juicio, la reducción de personal junto con otras medidas que tomará Shell, debería procurarles un ahorro de costos anual sostenible de entre 2,000 y 2500 millones de dólares.