Como parte de su conferencias, Perú Energía Digital 2020 presentó el concurso de artículo WIN – Perú Energía 2020, cuyo primer puesto lo obtuvo Gracy Zapata Oré y Evelyn López Tuesta, ganadoras con el estudio de investigación titulado: «Propuesta de cómo la electrificación rural podría impactar en la vida de las personas».
Evelin López reflexionó que una vida sin electricidad suena terrible, pero sería aun peor tener electricidad y no saber cómo usarla. «El Perú ha hecho grandes esfuerzos por cerrar las brechas de electrificación existente. En los años 90 teníamos un coeficiente de electrificación rural de 8% y hoy en día tenemos como meta llegar a un coeficiente del 99%. Pero nos preguntamos: ¿esto ha sido suficiente para mejorar la calidad de vida de las personas? La realidad nos ha demostrado que no», aseveró la abogada.
En tal sentido, consideró que si bien la gente ha podido cambiar una vela y su lamparín de kerosene por un foco luminoso, gracias al avance del programa nacional para cerrar las brechas de electrificación rural, esto no les ha creado un real impacto en su vida ni les ha generado un valor agregado en sus actividades productivas.
«Si bien es cierto que tanto la Ley como el Reglamento de Electrificación Rural han incorporado programas de usos productivos, también es cierto que existen programas que no tienen un trasfondo económico, pero que sí producen un impacto social importante en las poblaciones rurales y/o de frontera, como son las mejoras en colegios y postas. Consideramos que debería haber mecanismos complementarios a los establecidos en la norma, que permita realmente maximizar los beneficios que se traducen con la electrificación rural, más aún considerando los esfuerzos del Perú para cerrar la brecha de electrificación rural existente en el país», acotó Evelin López.
A su turno, su colega de investigación, Gracy Zapata, precisó que lo urgente ahora es implementar soluciones novedosas para capacitar a la población en el uso eficiente, sostenible y acorde con sus necesidades de energía eléctrica.
«No es suficiente hacer un cierre de brechas de electrificación, si esto no va de la mano con una capacitación a la población para ayudar a mejorar su calidad de vida. En ese sentido, nuestro artículo explora dos posibles soluciones: la primera, es el involucramiento activo de la empresa privada para que tome el rol protagónico de capacitación a través del mecanismo de Obras por Impuestos. Aunado a las iniciativas de salud, educación, o el proyecto que la empresa quiera implementar, debe incorporarse un componente de capacitación vinculado al proyecto y para que sea sostenible en el tiempo», explicó.
Como segunda propuesta, Gracy Zapata sugirió vincular vincular a otros sectores, como las universidades, ONGs y asociaciones, para que se lideren los programas de capacitación en el uso responsable de la energía eléctrica, en beneficio de la población.
«Lo cierto es que no hay electricidad más costosa que aquella que no se usa, más aún cuando no se usa de manera eficiente y sostenible. Las ideas sin acción no tienen valor. Y esta investigación no es una excepción», subrayó.
Participación ciudadana no presencial
Finalmente, Silvia Feria, segundo puesto del concurso de artículos con su investigación denominada: «Herramientas y tácticas de comunicación para los procesos de participación ciudadana ambiental no presenciales», en colaboración con Yanina Ramírez, sostuvo que la pandemia ha implicado cambio abruptos en procesos tradicionalmente presenciales, como es el caso del ejercicio de la participación ciudadana para efectos de la certificación ambiental. «Este tema es nuevo para el Estado, para las empresas que propician inversiones y para la población que están vinculadas con estos proyectos. A pesar de que parece complicado, hay salidas», declaró.
En tal sentido, expuso que su proyecto de investigación sistematiza ciertas herramientas para ayudar a las autoridades ambientales y empresas que promueven proyectos de inversión a realizar procesos de participación ciudadana no presenciales, de forma efectiva, proactiva y significativa.
«En primer lugar, es muy importante que el proceso participativo esté articulado a la estrategia de gestión social y comunicación corporativa de la empresa; de esa forma, se podrá tener una cobertura mucho más completa y consistente que prevenga de eventuales riesgos antes esta exposición. En segundo lugar, es muy importante tener claridad sobre lo que está ocurriendo con el contexto, los actores locales y temas de interés que van surgiendo para las personas, puesto a que la presencia de un proyecto puede potenciar ciertas incertidumbres y generar expectativas por el tema del empleo y la inversión social», describió.
Silvia Feria agregó, como tercera recomendación, que es importante tener lucidez para seleccionar el o los canales en el cual se realizará el proceso de participación ciudadana, a fin de garantizar la accesibilidad a todas las personas involucradas. Como cuarto punto, detalló que es importante dominar la capacidad de transmitir contenidos comprensibles y de utilidad al momento de informar sobre los pormenores del Estudio de Impacto Ambiental.
«Por último y quinta recomendación, es importante mapear un elemento relevante que está en el día a día de nuestras relaciones: la comunicación no verbal, la cual está compuesta por expresiones, gestos y posturas corporales, y que puede comunicar incluso mucho más que las palabras que decimos o escribimos. Hay que prestarle bastante atención y tener control y manejo de cómo llegamos al proceso participativo, a fin de generar confianza y entendimiento», remarcó.