La mayor petrolera del mundo, Saudi Aramco señaló que la falta de inversión en combustibles fósiles es responsable de la crisis energética mundial y advirtió que la capacidad de producción sobrante en el mercado del petróleo podría desaparecer cuando las economías se recuperen.
El director general de Aramco, Amin Nasser, indicó, en una entrevista para Bloomberg, que cuando la economía mundial se recupere, es previsible que la demanda repunte aún más, y de esta manera, elimine la escasa capacidad de producción de petróleo sobrante. Mostró además su preocupación ya que cuando el mundo reacciones ante estos puntos ciegos, puede ser demasiado tarde para cambiar el rumbo.
Arabia Saudí, el mayor exportador de petróleo del mundo, sostiene que la demanda de combustibles fósiles seguirá siendo fuerte durante décadas y que su uso solo puede reducirse gradualmente. Aun así, el país se ha comprometido a neutralizar sus emisiones de carbono para 2060 y está invirtiendo en energía solar e hidrógeno como parte de ello.
Saudí Aramco, junto con sus rivales de los Emiratos Árabes Unidos y otros países del Golfo Pérsico, ha sostenido en repetidas ocasiones que los gobiernos y los inversores de Occidente no son realistas en cuanto a la rapidez con que las energías renovables pueden sustituir al petróleo y al gas. Han citado el aumento de los precios de la energía en el último año como prueba de ello.
Además, los saudíes dicen que el mundo debe reconocer la necesidad de más inversiones en petróleo. Las inversiones en petróleo y gas se desplomaron de US$700.000 millones en 2014 a US$300.000 millones en 2021, según Nasser, y los aumentos de este año han sido «demasiado escasos y tardíos».
Cabe recordar que el precio del petróleo subió por encima de los US$125 el barril tras la invasión rusa de Ucrania, aunque desde entonces ha bajado a US$90, mientras que los precios del gas en Europa alcanzaron máximos históricos. «El conflicto en Ucrania ciertamente ha intensificado los efectos de la crisis energética, pero no es la causa principal», dijo el CEO. «Lamentablemente, incluso si el conflicto se detuviera hoy, como todos deseamos, la crisis no terminaría».
De esta manera, los países occidentales están pagando el precio de cerrar las centrales eléctricas de petróleo y carbón antes de que la energía solar y la eólica pudieran tomar el relevo, dijo Nasser.
«Como ha demostrado esta crisis, el plan no era más que una red de castillos de arena que las olas de la realidad han arrastrado», dijo, siempre según Bloomberg. «Y miles de millones de personas en todo el mundo se enfrentan ahora a las consecuencias del acceso a la energía y del coste de la vida, que probablemente serán graves y prolongadas». Europa, en particular, se enfrenta a «un invierno más frío y duro», manifestó.