En pleno siglo XXI, el mundo está intentando dejar atrás su dependencia de los combustibles fósiles. En ese contexto, la energía solar fotovoltaica se presenta como una de las alternativas más prometedoras para ayudarnos a conseguir este objetivo. Sin embargo, los recursos tecnológicos actuales no impiden aprovecharla al máximo.
En ese sentido, Vice, Ben Nowack, un ingeniero mecánico de 26 años confía en una particular solución: montar espejos en satélites para redirigir la luz solar captada en la órbita terrestre hacia zonas oscuras del planeta, es decir, donde los parques solares están inactivos por la noche. No obstante, su solución es muy diferente a los espejos domésticos.
De utilizarse un espejo tradicional, el diámetro iluminado en la tierra sería enorme. Nowack quería encontrar la forma de redirigir un haz de luz hacia puntos muy precisos en el planeta. La única forma de conseguirlo, según el joven ingeniero, es un con un colimador óptico. Se trata de un dispositivo que puede estrechar un haz y dirigirlo en una dirección específica.
Nowack cree que ha resuelto gran parte de los desafíos de esta idea, pero todavía tiene muchos obstáculos por superar. El primero es probar estos mosaicos en la Estación Espacial Internacional para asegurarse de que el diseño es correcto. El siguiente es probar esta tecnología en un satélite específicamente diseñado para comprobar si es funcional a escala real.
Si todo sale de acuerdo a lo esperado, este joven ingeniero, que actualmente es el CEO de su propia compañía llamada CEO of Tons of Mirrors, cree que en el futuro podrían orbitar constelaciones de satélites con espejos capaces de redirigir la luz hacia granjas solares. Esto, como mencionamos arriba, les permitiría generar electricidad en cualquier momento del día.
Por lo tanto, queda esperar para saber qué es lo que sucederá con el proyecto, que necesita de una financiación de 5 millones de dólares para dar el primer paso. Si se encamina a prosperar, queda por ver qué postura tomarán los astrónomos. Estos ya han manifestado su descontento por el brillo de los satélites de Starlink, lo que ha obligado a la compañía a introducir algunos cambios en la próxima generación de estos dispositivos.