La compañía petrolera italiana ENI recibirá durante el mes de noviembre dos cargamentos de petróleo venezolano provenientes de Petróleos de Venezuela (PDVSA), que en conjunto totalizan unos dos millones de barriles de crudo diluido.
El envío de los cargamentos marca la reanudación de las operaciones de intercambio de petróleo a cambio del pago de deuda que fue aprobado por el gobierno de Estados Unidos, en lo que marcó una flexibilización puntual de las sanciones que pesan sobre la estatal petrolera venezolana.
Está previsto que el envío sea realizado mediante los petroleros Suezmax África y el carguero Gladiator. Ambos deberán arribar a Venezuela para cargar y posteriormente partir con destino a la ciudad de Bilbao en España, donde deberán descargar el petróleo venezolano.
Esta práctica, si bien no es nueva, se había paralizado luego de que en los meses de junio y julio de este año ENI recibió envíos equivalentes a unos 3,6 millones de barriles de crudo diluido. No obstante, ante la imposibilidad de poder procesar este carburante pesado la mayor parte de estos cargamentos fueron desviados para que fueran refinados por la petrolera española Repsol.
A diferencia de otros envíos de petróleo que realiza PDVSA y por los cuales recibe ingresos, esta clase de cargamentos tienen como único propósito el ser utilizados a modo de pagos parciales de la deuda que la compañía mantiene con sus socios europeos, en este caso, ENI y Repsol.
De acuerdo con información publicada por la agencia de noticias estadounidense Reuters, dicha deuda fue contraída por PDVSA mediante las empresas conjuntas que hacen vida en Venezuela y a las que se les adeudan pagos y dividendos atrasados.
De esta forma la estatal puede ir saldando sus deudas sin necesidad de utilizar para ello dinero fresco, el cual podría ser congelado por las autoridades estadounidenses en caso de encontrarse en una cuenta con acceso al sistema financiero internacional.