Paneles solares estilo origami desarrollados por peruanos son nueva opción para sector industrial

En su compromiso por combatir el cambio climático a través del uso de energías renovables, un equipo de investigación de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), en colaboración con la empresa Dinamo Tecnologías S.A.C., trabaja en el diseño y fabricación de paneles solares plegables para aplicaciones de alta exigencia en las industrias minera y naval.

Por este motivo, obtuvo un financiamiento de 350,000 soles en el concurso «Proyectos de Desarrollo Tecnológico 2024», organizado por ProCiencia, entidad adscrita al Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec).

Inspirado en el patrón de origami Miura-Ori, utilizado para el despliegue de grandes paneles solares de satélites espaciales, el prototipo funcional a escala real se fabricó con 60 celdas solares de 388 vatios pico (Wp), un peso aproximado de 6.2 kg, y un área de 1.97 m² desplegado y 0.24 m² replegado.

El prototipo consta de una distribución específica de celdas solares, conexiones eléctricas, los dobleces del trazado origami, así como una selección específica de las láminas para la fabricación, pues se requiere cierta rigidez en las partes de las celdas solares y flexibilidad en los dobleces de replegado.

Además de permitir un proceso de despliegue y repliegue rápido con un solo movimiento, este diseño modular representa un hito importante para el Perú, dado que es la primera vez que se logra fabricar paneles solares en el país y más aún con características especiales.

Actualmente, el proyecto está en la fase TRL3 (prueba de concepto experimental) de los niveles de preparación tecnológica, por lo que se plantea realizar la validación del prototipo en una embarcación naval y otra aplicación móvil industrial en una zona rural de la región Cusco, lo que permitirá optimizar el diseño y proceso de fabricación del panel solar.

“Por ejemplo, podría tener una instalación o un lugar en el que a cierta hora el viento sopla muy fuerte, entonces si ya estoy recargado de energía, simplemente los comprimo y los guardo. No tengo el problema de que se me vayan a volar o de que tenga que hacer una estructura extremadamente resistente para sujetarlos”, explicó el docente Daniel Lavayén Farfán, doctor en Ingeniería Mecánica e investigador principal del proyecto, a la Agencia Andina.

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