En una entrevista publicada por Reuters y recogida por todos los medios locales, el nuevo primer ministro de Perú, Guido Bellido, dijo que el Estado planea participar en industrias clave, incluido el gas natural y nuevos proyectos hidroeléctricos, bajo una nueva administración de izquierda.
«Nuestro sentimiento es que los sectores estratégicos deben estar en manos del gobierno», dijo. «En mi opinión, el gas natural es un recurso estratégico y necesita la participación del gobierno (además) de nuevos proyectos hidroeléctricos de gran envergadura», agregó, precisando que el sector minero del segundo productor de cobre del mundo quedaría en última instancia en el control de la empresa privada.
Pero ahora Pedro Francke, ministro de Economía y Finanzas, del ala moderada de la izquierda peruana, ha salido a apagar el incendio afirmando que se han malinterpretado las aseveraciones de Bellido y que el Estado no planea expropiar Camisea sino que proyecta ser parte del proyecto de transporte de gas natural al sur mediante una asociación público-privada (APP).
«No vamos a expropiar el gas de Camisea. Las empresas privadas seguirán explotándolo. Nosotros queremos asegurar que sirva para que los peruanos tengan un gas más barato en su casa», dijo en diálogo con Canal N.
Francke explicó que cuando Bellido afirmó que parte del sector energético debería estar en manos del Estado, se refería a una participación del país en la construcción del Gasoducto del Sur. «El gasoducto es una medida esencial. Hay otras posibilidades, pero me parece que el gasoducto y los ramales del gasoducto son la mejor intervención», agregó.
El consorcio Camisea está liderado por la argentina Pluspetrol, con participaciones menores en manos del conglomerado surcoreano SK Group, Hunt Oil y Repsol SA. Ese gas natural es luego licuado por un consorcio separado, llamado Peru LNG, que incluye a Royal Dutch Shell, la japonesa Marubeni Corp, SK y Hunt.
Fuente: Energiminas