El whisky, el destilado más popular del mundo, vuelve a los titulares como fuente de combustible ecológico, ya que mediante los residuos de la fabricación de la bebida, la destilería escocesa Glenfiddich ha conseguido un biogás con que el ahora alimenta a su flota de camiones.
Glenfiddich ha comenzado a convertir sus camiones de reparto para que funcionen con biogás de bajas emisiones. La destilería escocesa ya tiene tres camiones que no usan gasolina, hidrógeno o baterías de litio, sino un biogás que han desarrollado ellos mismos. Este combustible lo han creado con los desechos de su producción de whisky (o güisqui, según la RAE) y, según aseguran desde la compañía, es capaz de reducir las emisiones de CO₂ en un 95%.
Según publica Reuters, Glenfiddich lleva el whisky (o güisqui) desde su destilería en Dufftown, al noreste de Escocia, hasta los lugares de embotellado y embalaje cercanos, para que puedan funcionar con su propio biogás. Además, la compañía ya ha instalado sus primeras estaciones de servicio en Dufftown para asegurar el abastecimiento a sus camiones.
«El proceso mental que llevó a esto fue ¿qué podemos hacer que sea lo mejor para todos?», afirmó Stuart Watts, director de William Grant & Sons, propietaria de Glenfiddich. Con una producción anual de más de 14 millones de botellas, los residuos y su gestión son un problema. Watts asegura que tradicionalmente los granos sobrantes del proceso de producción se han vendido como alimento para el ganado por su alto contenido en proteínas.
Pero el objetivo de la compañía es poder usar también todos los residuos líquidos que se obtienen durante el proceso de destilado. Según la empresa escocesa, el biogás se produce gracias a unas bacterias que descomponen la materia orgánica de manera anaeróbica (sin oxígeno).
El biogás reduce las emisiones de CO₂ en más de un 95% en comparación con el gasóleo y otros combustibles fósiles, y reduce otras partículas nocivas y las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 99%. Los vehículos que utiliza Glenfiddich para el transporte son camiones de Iveco que normalmente funcionan con gas natural licuado, pero que han sido modificados para que ahora puedan alimentarse con el biogás.
Watts dice que Glenfiddich tiene una flota de unos 20 camiones y que la tecnología podría aplicarse a todas las flotas de reparto de las marcas de güisqui de William Grant & Sons, pero que también podría ampliarse para alimentar los camiones de otras empresas. La compañía sostiene que cada uno de los camiones que funciona con biogás tendrá la capacidad de ahorrar 250 toneladas de CO₂ en un año. La destilería produce 14.000.000 de botellas anuales.
Fuente: Energiminas