El transporte de carga no es ajeno al cambio de matriz energética; en realidad, es un punto axial de la discusión. Luis Marcos, gerente de la Unión Nacional de Transportistas Dueños de Camiones del Perú (UNT Perú), señala que “lo penoso” es que todos los días se reinyecte una tercera parte de lo que produce el yacimiento de gas natural Camisea y no se utilice en recurso en el transporte de carga pesada en el país.
El Perú es un productor y exportador de gas natural pero un considerable importador de diésel. En las empresas de transporte de carga, un combustible como el diésel representa el 50% de su estructura de costos. Además esta no es fija dado que el petróleo, desde el que se deriva el diésel, fluctúa todos los días. “Por consiguiente, el mercado de carga pesada del Perú no puede seguir dependiendo de un combustible que no produce y estar sujeto a los vaivenes del precio internacional”, subrayó el representante gremial en el foto Transporte Sostenible 2024.
Para Luis Marcos, masificar el gas natural en el transporte de carga pesada debería ser política de Estado y la inclusión de incentivos para el cambio de los camiones y tractos a gas natural, un objetivo urgente. “El sector que más utiliza el gas natural en el país es el de la generación de energía eléctrica; el sector transporte solo consume el 9%”, precisó el representante de la UNT Perú. “La tarea por promover el cambio de matriz energética en el rubro de transporte es grande, se necesita de la participación de todos y principalmente del Estado”.
Mario Soto, presidente de la Unión Regional de Transportistas de la Macrorregión Norte, sostiene que el país en general pierde demasiadas divisas por ser un importador de diésel, además de contaminar más el medio ambiente dado que las emisiones generadas por este combustibles son mucho mayores a las originadas por el gas natural, en una relación de 23 a 1. “Por tanto, son dos temas en cuestión: el económico y la salud pública”, dijo. “No se necesita ser un genio para saber que el cambio de matriz es necesario pero estamos en las manos de los políticos”, se lamentó.
Soto infiere, basado en los precios de uno y otro, en las fluctuaciones de uno y en la estabilidad del otro, que el gas natural es la oportunidad que el sector de transportes de carga ha esperado para poder planificar su crecimiento a mediano y largo plazos y ofertar una mejor estructura de fletes. En otras palabras, ganar en competitividad.
“El gran problema del país es que no se ha entendido lo que es la masificación del gas natural”, señaló Erick García, exdirector general de Hidrocarburos del Ministerio de Energía y Minas. “Se cree mayoritariamente que el gas natural es para la cocina. El gas natural cambia la calidad de vida en los domicilios, en efecto, pero es más importante en el transporte”. Según el especialista, una red de distribución para hogares es muy caro y la única forma de pagarla es con mayor demanda. Pero un camión, en un mes, consume 230 veces más gas natural que una casa. “El transporte es la piedra angular de la masificación del gas natural en las regiones”, aseveró.