El grafeno posee características físicas incomparables. Está compuesto por una lámina de carbono de un átomo de grosor y ha acabado por convertirse en el que más publicaciones científicas produce en todo el mundo.
Por otro lado, tiene excelentes propiedades como conductor, ya que el grafeno es el material que mejor conduce la electricidad. Preparado adecuadamente y enfriado, se comporta como un semiconductor. Es también el mejor conductor térmico, diez veces más que el cobre. Además, es transparente a la luz visible y parcialmente a otras radiaciones, flexible e impermeable a muchas sustancias químicas. Si se mezcla con átomos de otros elementos químicos, se modifican sus propiedades.
Gracias a estas propiedades, las posibilidades de aplicar el grafeno en distintos ámbitos son infinitas. En la construcción, por ejemplo, podría utilizarse de muchas maneras. El proyecto Hydra, ideado por el Centro de Investigación Hydra-Tesla, es un buen ejemplo de ello. Se trata de un prototipo de rascacielos cuya base se construiría de grafeno y que investiga la posibilidad de crear una planta de energía.
La idea del rascacielos Hydra es recolectar la energía producida durante las tormentas eléctricas y almacenarla en varias megabaterías ubicadas en su base. Los responsables del proyecto pensaron en el grafeno como material estructural por dos razones.
En primer lugar, por su ya mencionada resistencia. No todos los materiales serían candidatos para construir un edificio capaz de resistir el impacto de los truenos, pero el grafeno, que es doscientas veces más fuerte que el acero, puede cumplir con ese cometido.
En segundo lugar, por otra de sus características más destacables: sus propiedades como conductor. El edificio debe ser capaz de conducir la electricidad captada de esas tormentas y el grafeno tiene una alta conductividad térmica y eléctrica.
El calentamiento global está impulsando a los investigadores a buscar nuevas fuentes de energía. Este material aplicado a la construcción podría abrir una puerta a conseguir reducir la dependencia de los combustibles fósiles y de esta manera reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.