En el marco de la segunda jornada de la Conferencia ARPEL 2022, organizada por la Asociación de Empresas de Petróleo, Gas y Energía Renovable de América Latina y el Caribe, los líderes más importantes del sector, analizaron el momento de transición, con la constatación de que un futuro de menores emisiones de carbono y de energías renovables no prescindirá del petróleo y el gas como fuentes primarias de suministro.
América Latina tiene latente una oportunidad de seguir avanzando como un proveedor confiable y global de energía. Para ello, la región requiere intensificar la inversión en exploración que, según el Gas Exporting Countries Forum (GECF), en el presente sólo equivale al 6% de la inversión global. Sumado a ello, se requieren marcos regulatorios y políticas públicas estables en una época en que la competencia por obtener capitales es intensa a nivel global.
“La acelerada transición energética no significa que Latinoamérica deje de aprovechar su riqueza hidrocarburífera”, expresó el Ex Presidente de la ANH de Colombia, Armando Zamora, durante el Panel de Agencias de Hidrocarburos enfocado en la promoción de la exploración en un contexto de transiciones energéticas.
“Y es que el futuro de la energía irá de la mano del gas y el petróleo”, agregó Marta Vieira Abrao, Gerente General de Tecnologías de Aplicaciones y Datos de Exploración de Petrobras; a lo que Rodolfo Henrique de Saboia, Director General de la ANP de Brasil, añadió: “No podemos darnos el lujo de vivir sin combustibles fósiles porque seguirán siendo importantes en la matriz energética en los años que siguen”.
Asimismo, los especialistas consideran que América Latina ha mostrado un fuerte compromiso con la descarbonización y la mitigación del cambio climático, ya que un tercio de su matriz energética proviene de fuentes renovables y su emisión de gases de efecto invernadero apenas llega al 8% del total mundial. “América Latina es la región más verde del planeta”, dijo el Director de Estudios, Proyectos e Información de la OLADE, Medardo Cadenas.
En ese sentido, Annand Jagesar, Director General de Staatsoile, de Surinam, enfatizó que “América Latina merece garantizar su seguridad energética a través del aprovechamiento de los combustibles fósiles”.
Por estos motivos, a partir de 2025 “veremos un mercado al alza que apuntalará inversiones a largo plazo, sobre todo en América Latina”, sostuvo el Vicepresidente Senior y Gerente para América Latina de Rystad Energy, Schreiner Parker. La principal razón es que hasta 2030 el planeta demandará un promedio de 63 millones de barriles de petróleo por día.
En ese escenario se planteó la pregunta: ¿Cómo podría Latinoamérica incrementar su participación en el mercado internacional del gas? Sobre este punto, Rafik Amara, Analista Senior de Mercado de Gas del GECF, sostuvo: “América Latina y el Caribe ya están en el mercado internacional del gas natural y, para que eleven su presencia, precisan de un mayor volumen de inversiones en exploración y producción”.
Amara señaló que las oportunidades para América Latina en la escena internacional son diversas y están ancladas en proyectos de Gas Natural Licuado (GNL) en países como Trinidad y Tobago, Perú, Surinam, México y Argentina, entre otros, además de la integración a través de redes de gasoductos dentro del continente.
Adicionalmente, existe el convencimiento de que la región está ingresando en un periodo en el que el futuro de la exploración y producción también está en el offshore. A manera de constatación, los datos que maneja Rystad Energy hablan de un incremento del 17% en la inversión en el offshore latinoamericano al 2025.
No obstante, este incremento necesario en la producción de hidrocarburos para atender la demanda, debe ir acompañado de acciones de descarbonización. Tal es el caso de la colombiana Ecopetrol, que en palabras de su Vicepresidenta de Exploración, Elsa Jaimes, apunta a llegar a 2050 con cero emisiones de carbono y con un modelo de negocios diversificado entre hidrocarburos y energías renovables.