El campo inmobiliario mantiene su vigencia y preponderancia en todo el mundo. Este segmento no ha estado exento de adoptar criterios de sostenibilidad, debido a que es un aspecto que genera confianza en los inversores.
En España, según se indicó en un estudio de Schroders publicado en 2022, “el 54% que confía en fondos sostenibles lo hace porque, además de generar rentabilidad a largo plazo, integran factores medioambientales amplios”.
Por su parte, en el Estudio Anual Spainsif 2021, se destacó que “esta tendencia se reflejó en 2020, en el que la inversión con criterios ESG creció un 21% ese año con respecto a 2019 y superó por primera vez a la tradicional con una cuota de mercado del 54%”.
La inmersión de la sostenibilidad ha continuado a paso firme. La implementación de criterios ESG ha generado mayor confianza y, por consiguiente, un aspecto disruptivo que impacta positivamente en todo el entorno.
“Tanto los gestores inmobiliarios como los inversores y ciudadanos son conscientes de que el futuro de los edificios tiene que ver con la sostenibilidad porque la misma Unión Europea impone que para 2050 la mayoría de los parques inmobiliarios estén descarbonizados. Por lo que, ahora es el momento de incluir estrategias ESG a las nuevas construcciones y rehabilitar las antiguas, pues su valor aumentará considerablemente porque serán activos más líquidos y los inversores podrán tomar ventaja de ello”, explicó Xana Muñiz, Country Manager de Iberia & Latam de Deepki.
Fuente: El mundo financiero