La pandemia de la COVID-19 agravó la situación de la industria de los hidrocarburos, trayendo abajo el presente operativo y comercial de varias gigantes del petróleo y el gas. Sin embargo, hubo quienes sortearon de mejor manera esta difícil situación. En América Latina, un buen ejemplo de ello fueron Ecopetrol y Petrobras, que entraron en la recesión del mercado con una estructura de capital significativamente más sólida después de reducir sustancialmente el apalancamiento durante los últimos tres años, según explicó Fitch en un nuevo informe del sector.
Esta situación de solidez económica, a juicio de la clasificadora de riesgo, permitió que ambas empresas públicas accedan a los mercados de capital de deuda y sus líneas de crédito disponibles para reforzar la liquidez y hacer frente al entorno de precios más bajos. Desde entonces, Ecopetrol ha aumentado su programa de inversiones de capital a partir de las cifras revisadas durante la pandemia y Petrobras ha ejecutado recientemente una licitación anticipada por $ 3.500 millones en notas para reducir la deuda.
Previendo que Ecopetrol y Petrobras fortalezcan sus estructuras de capital durante los próximos años a niveles que están nuevamente acorde con una calificación de ‘BBB’, Fitch espera que el apalancamiento de Ecopetrol aumente a aproximadamente 3.5x en 2020 desde 1.2x a partir del año 2019 y regrese a menos de 2.0x en los próximos dos o tres años; mientras que el apalancamiento de Petrobras aumente ligeramente por debajo de 4.0x en 2020 desde 2.2x en 2019 y regrese a aproximadamente 2.2x en 2023.
Pemex, la víctima
La otra cara de la moneda es Pemex, cuyas altas tasas de casos de COVID-19 han comenzado a afectar a su producción de petróleo y gas. Esta compañía, aduce la evaluadora de riesgo crediticio, se encontraba en medio de un aumento muy necesario en el gasto de capital; no obstante, debió reducirlo como resultado de la disminución de los ingresos. Su posición de liquidez también se ha deteriorado desde el inicio de la pandemia y el efectivo disponible al 30 de junio del 2020 se ubicó en $ 1.6 mil millones, en comparación con las obligaciones de deuda a corto plazo de $ 13.7 mil millones.