A nivel mundial se registra un crecimiento de vehículos eléctricos y energías renovables, ello como parte de las acciones de transición energética que se están aplicando en todo el globo, generando un aumento en la demanda de cobre. Según proyecciones, ello además podría generar un déficit en la oferta de este mineral.
En ese sentido, se proyecta un escenario de déficit de cobre principalmente por este aumento de la demanda de cobre a raíz del crecimiento de los vehículos eléctricos, las energías renovables, la construcción y la electrónica.
Al respecto, James Ley, experto mundial en metales energéticos y vicepresidente sénior de Rystad Energy, indica que a medida que la transición energética continúa a buen ritmo y la adopción de EV crece en naciones populosas como China e India, la industria minera del cobre requiere una inversión significativa para mantenerse al día con la demanda.
Se espera que la demanda mundial de cobre superará la oferta en más de seis millones de toneladas para 2030, proyecta Rystad Energy. Un déficit de esta magnitud tendría ramificaciones de gran alcance para la transición energética, ya que actualmente no existe un sustituto para el cobre en las aplicaciones eléctricas.
Rystad Energy proyecta que la demanda de cobre aumente un 16% para fines de la década, alcanzando los 25,5 millones de toneladas por año (tpa) para 2030. Las estimaciones basadas en los proyectos actuales y esperados muestran que el suministro alcanzará los 19,1 millones de tpa, muy por debajo de la cantidad necesaria para satisfacer la demanda.
La inversión en la minería del cobre es riesgosa ya que las operaciones actuales están cerca de su capacidad máxima debido a la calidad del mineral y al agotamiento de las reservas, lo que ejerce una presión al alza sobre los costos de producción y las emisiones. Sin embargo, los precios del cobre actualmente son altos, lo que podría alentar a los inversionistas a aceptar un mayor nivel de riesgo.
“Las inversiones mediocres en la minería del cobre están afectando la oferta, ya que la inestabilidad del mercado provocada por la pandemia alienta a los inversores a conservar su capital”, dice James Ley.