Pese a los avances del gas licuado de petróleo (GLP) y el gas natural (GN) para erradicar la pobreza energética en el Perú, existen 2.5 millones de hogares que utilizan combustibles contaminantes para cocinar y 4.6 millones de hogares que usan combustibles contaminantes en combinación con otros combustibles.
Así lo expuso el informe de ESAN “Evaluación de la política de inclusión energética en el sector hidrocarburos, para las poblaciones vulnerables del Perú”, presentado en el evento “La pobreza energética: acciones para su erradicación”, organizado por la Sociedad Peruana del Gas Licuado y la Asociación Iberoamericana del Gas Licuado de Petróleo.
Sergio Bravo, PhD en Dirección de Empresas, con base en estadísticas del INEI, explicó que, si bien el GLP (58%) y el GN (14%) son los combustibles para cocinar de mayor aceptación en la población, existe todavía un grueso de la sociedad que prefiere usar leña y carbón (17%) y otras fuentes energéticas (8%) para la preparación de sus alimentos.
Precisamente, calificó que los hogares que aún emplean leña, carbón, bosta, cartón u otros para cocción, se encuentran en situación de pobreza energética, es decir, no tienen acceso equitativo a servicios energético de alta calidad para cubrir sus necesidades fundamentales, que permiten sostener el desarrollo humano y económico de sus miembros.
En palabras del especialista, los hogares vulnerables (1 millón), pobres (700 mil) y pobres extremos (300 mil) están más expuestos a combustibles contaminantes; no obstante, incluso los hogares no pobres también presentan un porcentaje de hogares (500 mil) que aún no migran a fuentes energéticas más limpias y sostenibles.
Resaltó que el GLP es la opción más viable para combatir la pobreza energética en las zonas más vulnerables del país, las zonas periurbanas de las grandes ciudades, las medianas y pequeñas ciudades, y en especial en las zonas rurales, ya que ofrece ventajas en términos de accesibilidad y asequibilidad frente a otros combustibles.
En cambio, el GN requiere el despliegue de redes transporte y distribución, lo que implica una inversión inicial considerable que es justificada si la demanda es lo suficientemente alta para ofrecer una tarifa media competitiva, como las áreas céntricas de las grandes ciudades donde hay industrias y empresas de generación eléctrica.
Por ello, Sergio Bravo remarcó que se debe promover el uso del GLP en áreas donde la implementación del GN no es económicamente justificable, permitiendo una mayor cobertura de energía limpia a nivel nacional. para lo cual es fundamental ampliar y fortalecer el Programa Vale de Descuento GLP, que a la fecha sólo ha cubierto 1.2 millón de hogares.
“El Vale FISE debe ampliarse haciendo más simple la calificación. Revisando los requisitos de consumo eléctrico máximo a 140 Kw/h, eliminando el requisito del piso de la vivienda, y complementándolo con otros programas que resuelven el déficit de cocinas GLP y de agentes formales”, sugirió en el evento organizado por la SPGL y la AIGLP.