Brasil inició la construcción de la mayor fábrica de hidrógeno verde del mundo, energía limpia destinada a substituir en el futuro a los combustibles fósiles, en un evento simbólico con la colocación de la primera piedra de las obras, en la localidad de Camaçari, en la región metropolitana de Salvador de Bahía (noreste).
La planta en el mayor polo de desarrollo petroquímico del país sudamericano pertenece a la multinacional brasileña Unigel y significa una inversión inicial de 120 millones de dólares.
Entrará en funcionamiento a finales de 2023 con una producción en primera fase de 10.000 toneladas de hidrógeno verde y 60.000 toneladas de amoníaco verde.
La intención de la empresa es multiplicar por cuatro esas cantidades en una segunda fase del proyecto a iniciarse en 2025.
«Tenemos un desafío, el de crear una nueva economía verde global, trayendo soluciones climáticas y beneficiosas para el mundo», explicó en su mensaje el ministro de Medio Ambiente de Brasil, Joaquim Leite.
Para el ministro brasileño, el país sudamericano tiene «la oportunidad» de ser un suministrador mundial de energía limpia, la cual «saldrá de la primera fábrica a escala industrial del mundo de hidrógeno verde».
El hidrógeno verde se genera mediante energía solar y eólica, al estar considerado como una de las fuentes de energía limpia con más futuro en el mundo, debido a que no contamina.
Se le puede utilizar en su forma gaseosa o puede convertirse también en amoníaco verde, material esencial para siderúrgica, fertilizantes y refino del petróleo, al utilizarse en miles de productos.
A su vez, el presidente de Unigel, Roberto Noronha, dijo que se trata de un proyecto «que nos colocará en el liderazgo de descarbonización de Brasil».
«Hoy hay una emergencia climática en el mundo que (…) busca productos verdes como parte de la descarbonización», agregó.
«Debido al potencial de Brasil en la generación de energía eólica y solar, Unigel considera que el país tiene una gran oportunidad de ser referencia mundial en hidrógeno verde, solución que trae versatilidad al transformar energía renovable en materias primas y combustibles carbono cero», añadió Noronha.
La expectativa es que el hidrógeno verde pueda ser utilizado de manera inicial como combustible en barcos y luego en vehículos terrestres, así como aviones, lo que reducirá en forma considerable la emisión a la atmósfera de gases contaminantes.
El hidrógeno verde y el amoníaco verde podrán ser exportados a través del puerto de Aratu, en el que Unigel tiene una terminal.
La nueva planta utilizará tecnología de la compañía alemana Thyssenkrupp Nucera, que instalará tres electrolizadores patrón de 20 MW con una capacidad total de 60 MW en la primera fase, electrolizadores que son los que separan el hidrógeno en la molécula de agua.
La multinacional Unigel es una de las mayores empresas químicas de América Latina, líder en segmentos como fertilizantes y amoníaco.
La empresa cuenta con 27 fábricas en 11 complejos tanto en Brasil como en México con 2.000 empleados y prevé que la nueva planta genere 500 empleos directos e indirectos.