El Gobierno de Perú está listo para recibir apoyo del BID para avanzar con los esfuerzos de transición energética como parte de los planes de descarbonización del país. El banco incluyó fondos de cooperación técnica en su lista de posibles financiamientos para elaborar una hoja de ruta que analizará los escenarios energéticos, las necesidades de transmisión, las tecnologías y la participación de los interesados.
El trabajo también tendrá como objetivo el establecimiento de un marco para promover el hidrógeno verde. Otros componentes incluyen estudios técnicos para una mayor integración de las energías renovables no convencionales y la eficiencia energética, esta última a través de la estructuración de un mecanismo de financiamiento para realizar auditorías. Las agencias ejecutoras serían el Ministerio de Energía y Minas y el regulador de inversiones Osinergmin.
En las últimas semanas, Enel Perú dio a conocer los resultados finales de una hoja de ruta de transición energética 2030-2050 realizada por Deloitte con la participación de otras partes interesadas, incluidas las autoridades.
Además, en enero, el gobierno publicó un decreto supremo que declaró la emergencia climática de interés nacional “a fin de ejecutar con carácter de urgencia medidas para implementar la acción climática de acuerdo con lo establecido en las contribuciones determinadas a nivel nacional al año 2030”.
En diciembre de 2020, Perú notificó a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático una actualización de las contribuciones determinadas a nivel nacional del país, con el compromiso de limitar las emisiones de efecto invernadero en un máximo de 179 millones de toneladas de CO2 equivalente para 2030, lo que representa una reducción del 40% de estas emisiones.
Finalmente, un estudio del BID sobre los costos y beneficios de la neutralidad de carbono en Perú estima que la descarbonización supondría un beneficio neto acumulado de US$140.000 millones.