Según el estudio Hoja de Ruta de Transición Energética hacia un Perú sin emisiones 2030-2050, elaborado por Deloitte e impulsado por Enel Perú, el país podría alcanzar un escenario donde la generación renovable sea el 81 % de la matriz, de la cual el 35 % correspondería a la participación de centrales renovables eólicas y solares. Este cambio en la matriz significaría inversiones superiores a los 10 000 millones de dólares al 2050.
Además, la Hoja de Ruta pronostica la introducción del hidrógeno verde y que la industria sería el primer sector en consumir dicho elemento. Asimismo, se destaca que, al 2030, el Perú se volvería exportador de hidrógeno verde, con 0.06 millones de toneladas equivalentes de petróleo. Inclusive se señala que el hidrógeno verde contribuirá a incrementar la capacidad de energías renovables en el Perú, ya que se estima que, al 2050, la energía necesaria para producirlo sería de 26 TWh, es decir 19% de toda la energía producida en ese año.
Cabe señalar que la actualización del estudio se realizó luego de dos talleres que incluyeron tres mesas de trabajo, en los que asistieron más de 470 participantes de 130 organismos de los sectores: gubernamental, hidrocarburos, eléctrico, minería, consumo masivo, industrial, transporte, servicios, ONGs, asociaciones y universidades. El objetivo compartido fue aportar conocimientos técnicos y puntos de vista para acelerar acciones efectivas a nivel nacional para la aceleración de la transición energética.
Adicionalmente, la investigación muestra que, de cumplir con las actividades planteadas, se podría alcanzar una reducción de 51 % de emisiones al 2030.
En comparación a su antecesor, publicado el 2021, esta actualización propone que el proceso de descarbonización en el país crearía un mayor número de puestos de trabajo y mayor beneficio económico: más de 933 000 puestos de trabajo en el país hacia el 2030, mientras que, al 2050, el beneficio neto acumulado será de US$128.300 millones.
Finalmente, es importante destacar que la electrificación del transporte jugará un rol importante en la reducción de gases de efecto invernadero (GEI), llegando a alcanzar una reducción de 38 % de emisiones en el sector transporte al 2050, siendo posible que la movilidad eléctrica alcance un 11% de participación en el transporte privado y público al 2030.