Resolver la problemática social que existe en el sector hidrocarburos no es una tarea sencilla, pero encontrar las salidas, a lo que muchas veces de muestra como un entrampamiento que no permite darle continuidad a cualquier política, es el verdadero objetivo a conseguir.
José Mansen, jefe de la oficina general de Gestión Social del Ministerio de Energía y Minas, indicó que “necesitamos una política de Estado que tenga continuidad. Queremos tener diálogo, establecer una dinámica para entendernos, integrarnos y tener la empatía para estar en el mismo canal, el Estado y las comunidades, logrando conseguir lo que se necesita, pero en forma conjunta”.
A su turno, Fabián Antúnez, presidente de la Central Ashaninka de Río Tambo, explicó que “el Estado debe cumplir sus funciones, porque si no se logra informar –de manera adecuada– a la población sobre lo que se trabaja o lo que se genera, no se conseguirá desarrollar los proyectos”.
En la misma perspectiva, Pablo Maldonado, gerente de Gestión Social de PetroTal, dilucidó que “es importantísima la participación de la empresa durante el empleo de los recursos que se capten, tras el desarrollo de la actividad, y que estos lleguen a la población, logrando el apalancamiento y la licencia social que se requiere”.
“Se necesita de la innovación para tener cambios positivos en materia hidrocarburífera; sin ello, no se pueden esperar resultados diferentes a los actuales”, dijo Ronald Egúsquiza, consultor senior en hidrocarburos.
“Todo este esquema de mejora no tiene sentido, sino logramos establecer una responsabilidad conjunta con la sociedad”, agregó.