La industria Latinoamericana sigue funcionando aún con un 30% de ineficiencia en sus costos energéticos, por otro lado, un edificio comercial promedio puede desperdiciar el 30 % de la energía que consume. Así lo señaló Orlando Ardito, Gerente General de Asociación Gremial de Empresas de Productos Eléctricos Internacionales del Perú (EPEI Perú), institución que agrupa al 65% de las empresas importadoras de productos eléctricos internacionales.
Sabemos que las organizaciones son cada vez más conscientes de la energía que desperdician a diario, pero muchas no hacen seguimiento de “esta pérdida” o mejor dicho de este inmenso potencial de ahorro, lo que estaría impactando año a año no solo su aprovechamiento, sino que afectan la utilidad de la empresa.
“Si la energía es un factor de productividad, como cualquier mano de obra o como la materia prima, esta debe ser tratada como un aspecto estratégico en la gestión de la empresa, es decir, contar con una política energética que permita no solo ver el ahorro y bajar costos, sino aprovechar de manera óptima y sostenible su uso con el propósito que su consumo sea realmente eficiente y generar valor para la organización”, comentó Ardito.
Las organizaciones, la industria, las empresas deben saber para qué usan la energía, cuánto usan, en qué actividades y con qué eficiencia están trabajando. Todas estas preguntas deben ser monitoreadas, analizadas y evaluadas; sobre la base de este conocimiento es que ubicaremos la “lista de ineficiencias”, detectaremos lo que está fallando, lo que se puede arreglar, las oportunidades y el potencial de ahorro, etc.
Lo cierto es que no sirve pensar en “consumir menos”, necesitamos saber si estamos usando la energía de una forma adecuada. La eficiencia en el uso de la energía depende de dos factores fundamentales: la tecnología (eficiencia de los equipos) y las prácticas de uso, agregó el representante de EPEI-Perú.
Todas las empresas están pasando por un cambio tecnológico, ya desde el 2010 se hace evidente la necesidad de gestionar acciones orientadas a la implementación de una Industria 4.0, eso obliga a la empresa a realizar cambios en la gestión de los procesos, es ahí donde entran conceptos como la automatización, interconexión en la red, transformación digital, sustentabilidad y por supuesto la gestión de la energía.
Los costos anuales de pérdida en el consumo de energía nos sorprenderían si se hace la evaluación por año, el impacto para los accionistas puede ser demoledor si hacemos comparaciones cada dos, cinco o 10 años; al parecer no hemos sacado cuentas de cuánto nos cuesta ser ineficientes, comenta Ardito.
Una manera de ir incorporando acciones concretas, en la búsqueda por eliminar las ineficiencias en el uso de la energía en la industria, es empezar por consumir productos de calidad, que cumplan con la normativa técnica para ser eficiente y también segura. Sobre esa base podremos pensar en el ahorro, la eficiencia y la sostenibilidad, de tal forma que contribuya a la automatización e industria inteligente.
“En ese sentido, todas las empresas deberían incorporar como parte de la cultura de la organización la gestión de la energía; las que no lo hagan van a tener que afrontar un problema competitivo”, agregó el gerente general de EPEI-Perú.