La industria del hidrógeno bajo en emisiones tiene el potencial de transformar el panorama energético y económico de América Latina y el Caribe (ALC). Según estimaciones recogidas en la Nota Técnica: Perspectiva del hidrógeno bajo en emisiones en ALC, elaborada por la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), este sector en desarrollo podría generar cerca de 350 mil empleos en la región a largo plazo.
El impacto económico también será significativo: se proyecta que las exportaciones de hidrógeno superen los 11 mil millones de toneladas al 2050, generando ingresos por encima de los US$ 13 mil millones. Este crecimiento estaría acompañado por una capacidad instalada de electrólisis de alrededor de 200 GW, y una potencia de generación eléctrica superior a los 400 GW, reflejando la escala del compromiso regional con esta fuente de energía.
En este escenario, Perú aparece como uno de los países con mayor proyección. Actualmente, cuenta con dos proyectos de hidrógeno en operación y siete más planificados. El costo de producción en el corto plazo se estima entre 1.1 y 1.6 USD por kilogramo, mientras que al 2050 se espera que descienda a 1 USD/kg, lo que lo haría altamente competitivo. Además, la capacidad de electrólisis peruana podría alcanzar los 6 GW hacia 2040, a medida que el mercado nacional madure. En el largo plazo, Perú, junto con Argentina y Bolivia, figura entre los países con mayor potencial de capacidad de electrólisis en la región.
Varios países de ALC ya han desarrollado sus hojas de rutas nacionales en torno al hidrógeno de bajas emisiones, con metas concretas a corto, mediano y largo plazo. La Nota Técnica de Olade resume los elementos clave de esas estrategias y presenta datos relevantes, tanto de estimaciones propias como de los países miembros.
Para que estas proyecciones se concreten, será clave cumplir con ciertas condiciones estructurales. Entre ellas, se destacan las inversiones necesarias en infraestructura, especialmente en tecnologías de electrólisis y generación eléctrica. Se estima que la región requerirá entre US$ 200 mil a 300 mil millones de inversiones acumuladas al 2050.