Pese a contar con tres operadores en distintas etapas de su historia, el Lote X, en los últimos 30 años, ha registrado más de 1,300 pozos perforados y una producción de petróleo a la baja que se contradice con todo lo hecho. Sin embargo, desde que OIG Perú asumió la operación en mayo de este año, la producción ha logrado subir ligeramente de 7,700 a 7960 barriles, solo a través del mantenimiento de los pozos detenidos y sin ningún desarrollo nuevo.
“El campo es prolífico, sigue teniendo petróleo y gas, la clave está dónde ir a perforar. Es fácil decir que una empresa no produce porque no perfora. Si no se aplica gestión del conocimiento o se acaban las ideas, el resultado puede ser malo por más que perfore un montón de pozos”, dijo el director de Operaciones, Ricardo Martínez, durante la conferencia “Desafíos y oportunidades en la operación del Lote X”, en PERÚ ENERGÍA Norte.
En el periodo de ocho años, la empresa planea ejecutar 17 yacimientos, 135 pozos de reacondicionamiento, 1,144 pozos de desarrollo y 2 pozos exploratorios, habiendo destinado USD 920 millones como inversión mínima, según el programa de trabajo comprometido por el contrato de explotación del Lote X. Estas actividades demandarán la contratación de aproximadamente 800 personas y 10 maquinarias de perforación y workover.
“Si bien tenemos el compromiso de ejecutar 2 pozos exploratorios, tenemos 9 prospectos en total para convertir en reservorios profundos, estamos seleccionando los mejores para perforar y eso puede abrir una nueva zona de desarrollo. Las reservas son casi de 65 millones de barriles, pero en prospectos exploratorios visualizamos un volumen alrededor de 90 millones. Eso es atractivo para un campo de esta naturaleza”, mencionó.
De acuerdo con el director de Operaciones, Ricardo Martínez, hacia el 2054, OIG Perú espera producir 13 mil barriles equivalentes de petróleo y gas por día, desembolsar USD 1,140 millones como gastos de capital, generar USD 1,870 millones en regalías, fondo social e impuesto a la renta, crear 7,500 puestos de trabajo directo e indirecto y emplear al 70% de la mano de obra proveniente de la zona de influencia.
“El Lote X es un campo maduro con significativos volúmenes in situ y bajo factor de recobro. Su desarrollo requiere un contexto de factibilidad técnica y económica y un enfoque equilibrado entre el desarrollo económico, la sostenibilidad ambiental y el bienestar social, en alianza con las comunidades y demás actores del sector”, acotó el ejecutivo.